[1]:
Texto elaborado en unas jornadas de reflexión a partir de nuestras prácticas de
investigación en la sociología visual. Han participado Luca Queirolo Palmas, Alessandro Diaco, Massimo Cannarella,
Emanuela Abbatecola, Gilberto Marengo, Cristina Oddone. Dipartimento di Studi
Antropologici (DISA), Università di Genova, mayo 2010. 2
¿Por qué la sociología, nuestra
disciplina, decide confrontarse con los géneros, los estilos, las estéticas,
los formatos y la escritura del
documental? ¿Qué es hoy la Universidad en Europa? ¿Acaso sigue siendo un lugar
de producción de imaginarios hegemónicos? ¿Qué tipo de imaginarios se produce a
través de nuestro trabajo en cuanto sociólogos?
Cuando empezamos a debatir las
potencialidades de la sociología visual, tuvimos que volver de alguna manera al
concepto de hegemonía cultural elaborado por Gramsci, es decir la capacidad de
asumir la centralidad de las culturas de los subalternos, estando dentro de
ellas, colaborando a la definición de un sentido común que sea trasgresor
de las relaciones de poder establecidas.
La cultura de los subalternos sigue siendo hoy un campo de batalla, en el cual
los intelectuales clásicos – los que se formaron en los circuitos académicos y
en las instituciones de la política del siglo XX (partidos, organizaciones,
sindicatos) – terminan cubriendo un papel marginal.
Como nos enseñó Eric Gandini, director de
la película Videocracy – un documental que acaba por ser un trabajo de
investigación sociológica en profundidad – Italia representa un extraordinario
laboratorio político en que la hegemonía gramsciana está en manos de directores
de exitosos formatos de televisión, dueños de medios de comunicación, anunciantes
y editores de periódicos amarillistas que venden millones de copias, buscadores
de actores y personajes televisivos. Estos sujetos constituyen materialmente el
poder político dominante; sus intelectuales orgánicos se encarnan en los
cuerpos de las velinas, de los actores, de los participantes a show
televisivos, que han atravesado exitosamente el cursus honoris desde ‘el Gran Hermano’ a ‘la Isla de los
Famosos’.
Es evidente que la construcción de esa
hegemonía no es la simple traducción de un determinismo social y político, en
cambio radica en instancias de reconocimiento que Bauman llama identidades liquidas, instancias capaces de
transformar el privado en público, colaborando a la construcción de un nosotros
colectivo – el público mismo – en el cual reconocerse y a través del cual
construir memoria, significado, pertenencia: es el caso de Ricky, protagonista
de la obra de Gandini, que busca en el éxito televiso los mecanismos de
movilidad simbólica que la experiencia del trabajo obrero no le garantiza.
Entonces si la cultura es un campo de
batalla, el capital simbólico del que habla Bourdieu es la apuesta: el
mecanismo para re-diseñar y re-producir
las relaciones sociales y de poder, es decir las formas del capitalismo
contemporáneo dentro del cual todos vivimos. Una apuesta cada vez mas difícil
de comprender, definir, transformar, a través de los lenguajes, los procesos y
las formas de acción de las ciencias sociales, justamente porque ese capital
simbólico, junto a las ganancias que garantiza, está inscrito y acumulado en la
dimensión de la imagen, su circulación, su iteración.
Nuestro laboratorio de sociología visual
nace a partir de estas reflexiones: la necesidad de experimentar un conjunto de
prácticas de investigación, de producción, cooperación y revisión
epistemológica de las metodologías y las teorías de nuestra labor cotidiana como
investigadores.
LABORATORIO
SOCIOLOGIA VISUAL - MANIFIESTO
a
partir de la conceptualización de nuestras practicas
1.
Comunicar la investigación a través de la forma del documental.
Lo visual como lenguaje de una narración
que da forma a un saber producido a través de los procesos de investigación
etnográfica de las ciencias sociales. El audiovisual permite la circulación de
los resultados de la investigación hacia públicos mas amplios,
colocando los objetos culturales producidos por las ciencias sociales en el
terreno que representa hoy el mayor desafío en términos de hegemonía: la imagen
en una sociedad de imágenes. El montaje del documental corresponde a la
escritura del texto sociológico, mientras el proceso de captación de
imágenes/sonido/testimonios representa un momento de construcción/selección/representación
del dato.
2.
Representar las ciudades invisibles.
Las relaciones de poder siempre se
articulan en términos de régimen de visibilidad y de invisibilidad. La
sociología visual que practicamos apunta a visibilizar las relaciones de poder
y de dominación invisibilizadas – las mismas dinámicas de dominación que las
clases dominantes ocultan bajo un falso universalismo, interiorizadas por los
subalternos a través de una microfísica del poder construida a través de la
violencia simbólica (Pierre Bourdieu). Nuestra sociología visual quiere garantizar espacios de legitimidad, narración
y circulación de las voces, de los actores y los imaginarios que no tienen
acceso a la esfera de representación pública. Queremos explorar los temas que
han sido objeto de una remoción colectiva, permitir que sujetos sin palabra y
sin rostro tomen voz y cuerpo, existan a través de una pantalla, utilizando los
formatos y los lenguajes que producen y
reproducen las culturas populares y subalternas – de la telenovela a la
publicidad – a través de una transgresión permanente del signo, del contenido,
de la orientación.
3.
Restituir los resultados como momento para la investigación y la reflexividad
Relatar y representar utilizando el
lenguaje de las imágenes comporta una relación de proximidad y cercanía con una
pluralidad de actores cuyas voces confluyen, en parte modificadas, en la
afirmación de un punto de vista autorial del sociólogo visual. La devolución
a los mismos grupos sociales que han colaborado
activamente a la construcción del documental es un momento fundamental, no solo
en términos de responsabilidad deontológica del autor, sino también en la misma
producción de conocimiento y saber científico: esa construcción conjunta y
negociada habilita un conocimiento más intimo y directo de las dinámicas de
poder y de las representaciones que operan en los contextos donde se realiza el
texto/documental, desde los cuales se establece el 3punto de vista. La
restitución es entonces un dispositivo de la investigación fundado en la
reflexividad de los saberes sociológicos, es decir en la circulación y en el
desafío permanente entre objetos culturales, autores/productores y comunidad de
interpretes. La sociología visual que practicamos busca también los
dispositivos para observar, investigar y tomar en cuenta el campo de las luchas
simbólicas – protagonizadas por los públicos y comunidades de intérpretes –
alrededor de los objetos culturales producidos por nosotros. De esa manera
intentamos aplicar a nuestras practicas la que Pierre Bourdieu llama sociología
de la sociología.
4.
Construir la investigación, acción y relación en el campo a través de la sociología
visual
Las técnicas, las herramientas, los
lenguajes de la imagen son también técnicas, herramientas y lenguajes del
imaginario. Por esa razón pueden construir puentes y puntos comunes junto a los
sujetos que estructuran y habitan un determinado campo social. La investigación
a través de una cámara de video (en
lugar del simple registro sonoro o de la observación natural) agrega a la
relación un conjunto de ingredientes técnicos y
simbólicos que producen consecuencias relevantes. En primer lugar
negociamos con el sujeto la necesidad de
su representación: se construye un hacer
que junta investigadores y sujetos en el campo, elimina la dimensión anónima
típica de la investigación cualitativa tradicional, proyecta los resultados de
esa relación hacia la esfera pública: los sujetos son concientes y cómplices
del hecho que su cuerpo está representado, se transforma en imagen y como
imagen circula, mas allá de la palabra o del texto escrito. Construir y
negociar el espacio de esta puesta en escena, responder a las exigencias
técnicas requeridas (audio, luces, encuadres, locaciones, etc.) genera una
burbuja espacio temporal, dentro de la cual se construye la relación entre los autores/investigadores
y los sujetos. Esta burbuja permite compartir con los sujetos experiencias
comunes y espacios de la vida cotidiana, representa un alo virtuoso para la
investigación, a partir de las dinámicas productivas del documental. La
construcción del producto final estará marcada por las huellas de esa relación
participada y negociada: surge una
ulterior dimensión de la investigación, en favor de una comprensión y
observación mas intima de las dimensiones que estructuran un contexto, un
mundo, una biografía. Al mismo tiempo la sociología visual es un proceso de investigación
porque genera relación y coloca el autor/investigador en una posición ventajosa
para la exploración de ciertos mundos sociales y las relativas conexiones. Ser
chasqui de imágenes y palabras, carteros como los antiguos corresponsales del
Imperio Inca, es una de las posiciones en que la sociología visual puede ir mas
allá del relato ex post, y hacerse
investigación en el campo, posibilidad de ampliación del acceso, de la
confianza, del reconocimiento del papel del etnógrafo y del conocimiento
científico que somos capaces de producir.
5.
Construir un enfoque transdisciplinario a través de grupos de trabajo híbridos
y mestizos.
Los caminos que practicamos necesitan de
saberes, habilidades, contribuciones diferentes desde la sociología. Necesitan
contaminarse con el cine, la video-arte, la antropología, la fotografía, etc.
Nuestra acción busca transformar la división de roles y la organización
jerárquica de la producción y de los saberes producidos, para experimentar la
formación de colectivos de investigación-acción-narración visual. Creemos que
la fuerza de una sociología visual transgresora radique en la posibilidad de
contaminar saberes y biografías profesionales, rompiendo las divisiones de
roles en las prácticas de investigación (el entrevistador, el analista, el
asistente, el teórico, etc.), así como en las prácticas del documental (el
director, el editor, el productor, etc.). Estamos buscando un perfil de
investigador/creador audiovisual que maneje las herramientas teóricas y las
metodologías para la investigación social, y al mismo tiempo sea conciente de
todas las etapas para la construcción de un texto fílmico, en términos de
enfoque y restitución. Este proceso de hibridación entre saberes diferentes
modifica las relaciones productivas a dentro de los grupos de trabajo y enriquece
la práctica de la investigación, respeto a una segmentación de roles y a la
suma de competencias profesionales
distintas, propias de la
producción industrial. Contaminar y construir unidades de
investigación/acción/narración implica necesariamente experimentar nuevas
prácticas de trabajo, de formación, de reflexividad, para convertir a todos los
actores involucrados en autores colectivos. En el fondo estamos afirmando que
el medio es el mensaje, y que las modalidades organizativas de la sociología
visual, de cualquier acción científica en general, determinan la forma y la
calidad de los saberes producidos y puestos en circulación.
6.
Garantizar el protagonismo de los actores sociales sujetos de la investigación.
Consideramos fundamental salir
definitivamente del asunto positivista según el cual se construye normalmente a
la imagen y a la práctica del pensamiento científico: la distancia entre
observador y observado y la neutralidad del observador. Teorizamos en cambio un
autor que no sea neutral ni distante, que haga visibles las condiciones –
sociales, políticas, simbólicas, biográficas – examinando a si mismo a través
de la reflexividad sociológica. En esa perspectiva, invitamos a sostener el
protagonismo de todos los sujetos que se mueven en un campo social, incluyendo
a los investigadores que lo exploran; de esa manera queremos involucrar
directamente a los sujetos de la investigación en la producción de conocimiento
y en la representación pública del campo, a través de la restitución, de las
discusiones internas al colectivo autor, en el acceso a la formación, en el
desarrollo de la auto-narración. Concebimos a los sujetos de la investigación,
cuales que sean su estatus social y cultural, como portadores de conocimiento,
de competencias y herramientas para moverse en su universo. Tomar en cuenta
esos saberes y legitimarlos a través del relato permite la construcción de un
dialogo constante con los sujetos de la investigación y permite que su punto de
vista entre a formar parte de la elaboración final.
7.
Trasformar las relaciones de poder a
través de una sociología pública y partesana.
La sociología pública, según Burawoy, es
en primer lugar “una traducción de retorno, para hacer llegar de vuelta los
saberes a los mismos sujetos de los cuales provienen, transformando problemas
privados en cuestiones públicas”. La propuesta de la sociología pública es por
eso partesana, afirmando la idea que “la sociología no puede ser ciencia
neutral, (…) sino que se trata de una herramienta
que puede ser utilizada no solo por puro conocimiento sino también para
reforzar una autonomía de lo social respeto a lo político y a lo económico.
Abrirse a la sociedad civil significa para
la sociología encargarse de todos esos 5públicos (pobres, criminales, enfermos,
mujeres solas, minorías étnicas) víctimas del neo-liberalismo, no para
controlarlos sino para aumentar su poder de autodeterminación)”. En esta
perspectiva la sociología visual que
practicamos expresa un punto de vista radicado en las prácticas de investigación y en los horizontes
de sentido de los autores y, retomando la lección de Gramsci sobre la hegemonía
cultural, quiere intervenir en la transformación de las relaciones simbólicas,
es decir en las relaciones de poder, hoy dominantes.
8.
Actuar sobre las condiciones y las formas de la distribución, afirmando el carácter
público de los saberes y de las imágenes producidas.
Los objetos culturales – películas,
literatura, música – circulan bajo el signo y el poder de grandes industrias
globales que organizan y desarrollan los imaginarios de las culturas populares
y subalternas. Al mismo tiempo se multiplican las formas de recepción e
interpretación de signos, así como las
capacidades de construir flujos independientes de imaginarios a través de las
nuevas tecnologías y los circuitos alternativos, dentro de los cuales se
organizan las comunidades de productores e interpretes. La sociología visual
quiere producir objetos culturales resistentes, que lleven un saber autónomo
sobre temas y sujetos invisibles, garantizando la máxima circulación a través de cualquier medio: de las televisoras
comerciales a youtube, desde las redes sociales a las comunidades de piratas
electrónicos.
9.
Buscar una narración poética y experimental en el relato audiovisual.
No es suficiente poner en fila pedazos de
historias para confirmar teorías sobre los comportamientos sociales de los
seres humanos. Es necesaria una poética que suporte a la narración, la
trascienda en algunos casos, y en otros haga reflexionar sobre detalles y
particulares aparentemente irrelevantes. Todo eso utilizando las muchas
posibilidades del lenguaje digital y de
los materiales producidos sobre otros soportes (papel, pintura, grabaciones audio y video, digital o
analógico, fotografías, película super 8).
Es a través de una experimentación
constante de las formas, en la ilusión de una inalcanzable superación del medio
que podemos sugerir, estimular o evocar - a través de la dimensión poética de
un relato – las reflexiones o emociones combinadas
en un discurso. Esto no significa enseñar, producir cultura o información, sino
vivir una experiencia que puede ser estética, intelectual, ilusoria, política,
social, intima, etc. tanto para los autores como para los sujetos de la
investigación, hasta para el público en cuanto destinatario final.
La sociología visual puede encargarse de
leer el mundo a través de sus imágenes, puede utilizar las foto-estímulos,
puede realizar video documentales, video-cartas, producir documentales
didácticos o creativos, así como películas para el cine. Para eso necesitamos a
los autores, directores, cineastas, directores de fotografía, montadores,
músicos, así como filósofos, sicólogos, antropólogos, abogados, economista e
historiadores… pero sobre todo a los actores sociales y a ese público huérfano
de visiones, en el panorama de la videocrácia imperante, por lo menos en
Italia. El cine es una máquina compleja que necesita un trabajo en red entre
muchos saberes. Todos somos responsables de la desaparición de una evanescencia
subversiva y radical, capaz de escapar a
la homologación al imaginario dominante o servil que nos modela.
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