Documentales, Peliculas, LIbros

  • "No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos" (Graffitti del Mayo Frances 1968)

lunes, 3 de septiembre de 2012

Lo que no dice Capriles cuando habla de progreso


MARX GÓMEZ M. (*)
Quiero brevemente hacer un pequeño ejercicio de desmontaje en torno a una palabrita que el candidato de la Mesa de la supuesta Unidad Democrática repite en casi todas sus alocuciones: progreso. Pero como el ejercicio implica el uso de la memoria histórica, por ende no constituye especulación alguna, quiero atender primeramente dos puntos medulares antes de abordar la cuestión del progreso. Empecemos:

LA POLÍTICA DEL SHOW
La derecha siempre ha pensado, y actuado conforme a eso, que el pueblo es acéfalo. Ya que estamos apelando a la memoria histórica empecemos, sin irnos tan lejos, a ese evento que se llamó “Las Primarias de la Unidad” y que quisieron vender con bombos y platillos porque para ellos todo es una mercancía. Se dijo que fue un acto democrático y como acudieron algunas personas a escoger a su candidato, diremos que en efecto hubo un nivel de participación.

El show está cuando nos dicen que fue un acto de “pluralismo” –y esta otra palabrita también se oye mucho en la boca de algunos personeros de la oposición–. ¿Qué puede tener de plural un mismo proyecto presentado por seis personas? Los rostros de esas seis personas, nada más. Porque decir que eso es muestra de la diversidad de pensamiento en la MUD es uno de los muchos embustes que tiene la mesita en su gaveta.

Fueron seis intentos discursivos para tratar de engañar al pueblo con su show y entre esos intentos, recordemos, estaba la burrada del capitalismo popular. Popular es el socialismo, no el capitalismo. El hecho de que ahora la burrada sea más “sutil” con eso del “progreso”, no le quita el que sigue siendo un proyecto neoliberal y el pueblo venezolano ya no está para eso, así como toda la humanidad.

Ahora el show es querer exhibir –con toda la maquinaria de medios de (des)información privados– a ese candidato como lo nuevo, lo jovial, lo fresco. Ya hablaremos de eso. Vamos con el otro punto: eso del supuesto rostro humano del capitalismo.

EL CAPITALISMO NO ES ÉTICO
Por ahí se hizo hace un tiempo un evento donde participaron algunos expresidentes que vinieron a hablar del lado humano de la economía pero como el planeta sigue sumergido, pero cada vez por menos tiempo, en un sistema mundo capitalista, trataron de encantar, montando otro show más, de que este modelo económico es beneficioso para todas y todos… los grandes empresarios.

En contrapartida, el domingo 19 de agosto se presentó en el Celarg la Madre Teresa Forcades i Vila a realizar un conversatorio sobre una crítica ética al capitalismo. Aquí quiero retomar lo que fue su posición de entrada.

Mucho se jactan los capitalistas de ser los defensores de la libertad pero, en su realización histórica, el capitalismo lo menos que ha defendido es eso. Lo que ha hecho es exacerbar el lucro desenfrenado y el individualismo, queriendo deshumanizarnos constantemente hasta el punto de no sentir y no preocuparnos por los otros.

Pero no se trata de que como los capitalistas dicen ser los defensores de la libertad y el socialismo pregona la solidaridad, el debate es entre libertad versus solidaridad. No. Lo que hay que dejar por sentado es que el marco de toda libertad es la solidaridad. Lo que se busca es, a decir de Rosa Luxemburgo, un mundo donde todos seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.

Por razones de espacio les recomiendo la lectura del libro de la hermana benedictina titulado Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas. Allí pueden ver el lado “humano” del capitalismo: el negocio de la salud.

¡AJÁ! Y ENTONCES, ¿QUÉ ES ESO DEL PROGRESO?

Se trata de una palabrita que, aproximadamente, desde la segunda mitad del siglo pasado nos han querido clavar en la mente para hacernos creer que vamos “hacia un camino” –nótese aquí que el candidato de la MUD no tiene nada de nuevo ni de fresco y mucho menos jovial– donde hallaremos el bienestar general. Es como este asunto del rescate de algunas economías europeas actualmente: una vulgar estafa.

Hay un documento de las Naciones Unidas titulado Estimaciones para las economías desarrolladas y subdesarrolladas que data de 1951 y expresa, como diríamos aquí, sin pelos en la lengua lo que significa el “progreso”: “Hay un sentido en el que el ‘progreso’ económico acelerado es imposible sin ajustes dolorosos (…) y grandes masas de personas incapaces de seguir el ritmo del progreso deberán ver frustradas sus expectativas de una vida cómoda. Muy pocas comunidades están dispuestas a pagar el precio del progreso económico.” Y es que para pagar ese precio o hay que ser inconscientes o sufrir las demencias de gobiernos reaccionarios, porque de lo que se trata es de un suicidio tanto espiritual como físico. Eso, sin más ni menos, es lo que no nos dice Capriles cuando habla de progreso y ése es el camino que ofrece.

Eso de los ajustes dolorosos lo podemos hallar a la vuelta de la esquina cuando, precisamente, en la segunda mitad del siglo pasado a raíz del Consenso de Washington se empezaron a aplicar en América Latina y en todo el mundo las llamadas políticas de ajuste estructural: privatización de la salud, de la educación, del conocimiento, de la vida.

Pero los pueblos del mundo están respondiendo organizándose, discutiendo, elevando propuestas, materializando alternativas, construyendo colectivamente, transformando. Y Venezuela toma parte en esa lucha. Si hay un camino, ese es el de la Revolución no el del progreso.

¡Sigamos construyendo Poder Popular!
(*) mjgl1189@gmail.com

martes, 28 de agosto de 2012

Y tú, ¿Cuánto cuestas?

Excelente documental. Consumismo, irresponsabilidad empresarial, el poder de la publicidad, control de masas, guerras, energía, agua, petróleo...
¿Realmente necesitamos las cosas que creemos necesitar? ¿Es cierto todo lo que nos dicen los medios?

http://www.youtube.com/watch?v=cvltew8q3I0

martes, 14 de agosto de 2012

Metodología de la sociología visual y su correlato etnológico

TEXTO PARA DESCARGAR


En este artículo se discuten las posibilidades y limitaciones de las imágenes fotográficas en la investigación de campo. Se reconoce que la observación social siempre ha dependido de un ojo sociológico, que enfoca al horizonte desde el punto de vista de la razón. También se critican las miradas inocentes que se deslumbran por la inmediatez del mensaje icónico. Pues la sociología visual debe ir más allá de la percepción fenomenológica de la imagen. Se recomienda un adecuado balance entre texto e imagen en la investigación social. Y se presentan dos casos paradigmáticos para la metodología de la antropología y la sociología: El Carácter Balinés de Margaret Mead y Bateson para la primera y Gender Advertisements de Erving Goffman para la segunda.

Palabras clave: sociología visual, antropología, fotografía, metodología.


LOS DESAFIOS DE LA SOCIOLOGIA VISUAL. RE PENSAR LAS CIENCIAS SOCIALES Y LA HEGEMONIA CULTURAL [1].




[1]: Texto elaborado en unas jornadas de reflexión a partir de nuestras prácticas de investigación en la sociología visual. Han participado Luca Queirolo  Palmas, Alessandro Diaco, Massimo Cannarella, Emanuela Abbatecola, Gilberto Marengo, Cristina Oddone. Dipartimento di Studi Antropologici (DISA), Università di Genova, mayo 2010.  2


¿Por qué la sociología, nuestra disciplina, decide confrontarse con los géneros, los estilos, las estéticas, los formatos y la  escritura del documental? ¿Qué es hoy la Universidad en Europa? ¿Acaso sigue siendo un lugar de producción de imaginarios hegemónicos? ¿Qué tipo de imaginarios se produce a través de nuestro trabajo en cuanto sociólogos?
Cuando empezamos a debatir las potencialidades de la sociología visual, tuvimos que volver de alguna manera al concepto de hegemonía cultural elaborado por Gramsci, es decir la capacidad de asumir la centralidad de las culturas de los subalternos, estando dentro de ellas, colaborando a la definición de un sentido común que sea trasgresor de  las relaciones de poder establecidas. La cultura de los subalternos sigue siendo hoy un campo de batalla, en el cual los intelectuales clásicos – los que se formaron en los circuitos académicos y en las instituciones de la política del siglo XX (partidos, organizaciones, sindicatos) – terminan cubriendo un papel marginal. 
Como nos enseñó Eric Gandini, director de la película Videocracy – un documental que acaba por ser un trabajo de investigación sociológica en profundidad – Italia representa un extraordinario laboratorio político en que la hegemonía gramsciana está en manos de directores de exitosos formatos de televisión, dueños de medios de comunicación, anunciantes y editores de periódicos amarillistas que venden millones de copias, buscadores de actores y personajes televisivos. Estos sujetos constituyen materialmente el poder político dominante; sus intelectuales orgánicos se encarnan en los cuerpos de las velinas, de los actores, de los participantes a show televisivos, que han atravesado exitosamente el cursus honoris  desde ‘el Gran Hermano’ a ‘la Isla de los Famosos’. 
Es evidente que la construcción de esa hegemonía no es la simple traducción de un determinismo social y político, en cambio radica en instancias de reconocimiento que Bauman llama  identidades liquidas, instancias capaces de transformar el privado en público, colaborando a la construcción de un nosotros colectivo – el público mismo – en el cual reconocerse y a través del cual construir memoria, significado, pertenencia: es el caso de Ricky, protagonista de la obra de Gandini, que busca en el éxito televiso los mecanismos de movilidad simbólica que la experiencia del trabajo obrero no le garantiza.
Entonces si la cultura es un campo de batalla, el capital simbólico del que habla Bourdieu es la apuesta: el mecanismo para re-diseñar  y re-producir las relaciones sociales y de poder, es decir las formas del capitalismo contemporáneo dentro del cual todos vivimos. Una apuesta cada vez mas difícil de comprender, definir, transformar, a través de los lenguajes, los procesos y las formas de acción de las ciencias sociales, justamente porque ese capital simbólico, junto a las ganancias que garantiza, está inscrito y acumulado en la dimensión de la imagen, su circulación, su iteración. 
Nuestro laboratorio de sociología visual nace a partir de estas reflexiones: la necesidad de experimentar un conjunto de prácticas de investigación, de producción, cooperación y revisión epistemológica de las metodologías y las teorías de nuestra labor cotidiana como investigadores. 

LABORATORIO SOCIOLOGIA VISUAL - MANIFIESTO
a partir de la conceptualización de nuestras practicas

1. Comunicar la investigación a través de la forma del documental. 
Lo visual como lenguaje de una narración que da forma a un saber producido a través de los procesos de investigación etnográfica de las ciencias sociales. El audiovisual permite la circulación de los  resultados de la  investigación hacia públicos mas amplios, colocando los objetos culturales producidos por las ciencias sociales en el terreno que representa hoy el mayor desafío en términos de hegemonía: la imagen en una sociedad de imágenes. El montaje del documental corresponde a la escritura del texto sociológico, mientras el proceso de captación de imágenes/sonido/testimonios representa un momento de construcción/selección/representación del dato. 

2. Representar las ciudades invisibles. 
Las relaciones de poder siempre se articulan en términos de régimen de visibilidad y de invisibilidad. La sociología visual que practicamos apunta a visibilizar las relaciones de poder y de dominación invisibilizadas – las mismas dinámicas de dominación que las clases dominantes ocultan bajo un falso universalismo, interiorizadas por los subalternos a través de una microfísica del poder construida a través de la violencia simbólica (Pierre Bourdieu). Nuestra sociología visual quiere  garantizar espacios de legitimidad, narración y circulación de las voces, de los actores y los imaginarios que no tienen acceso a la esfera de representación pública. Queremos explorar los temas que han sido objeto de una remoción colectiva, permitir que sujetos sin palabra y sin rostro tomen voz y cuerpo, existan a través de una pantalla, utilizando los formatos y  los lenguajes que producen y reproducen las culturas populares y subalternas – de la telenovela a la publicidad – a través de una transgresión permanente del signo, del contenido, de la orientación. 

3. Restituir los resultados como momento para la investigación y la reflexividad
Relatar y representar utilizando el lenguaje de las imágenes comporta una relación de proximidad y cercanía con una pluralidad de actores cuyas voces confluyen, en parte modificadas, en la afirmación de un punto de vista autorial del sociólogo visual. La devolución a  los mismos grupos sociales que han colaborado activamente a la construcción del documental es un momento fundamental, no solo en términos de responsabilidad deontológica del autor, sino también en la misma producción de conocimiento y saber científico: esa construcción conjunta y negociada habilita un conocimiento más intimo y directo de las dinámicas de poder y de las representaciones que operan en los contextos donde se realiza el texto/documental, desde los cuales se establece el 3punto de vista. La restitución es entonces un dispositivo de la investigación fundado en la reflexividad de los saberes sociológicos, es decir en la circulación y en el desafío permanente entre objetos culturales, autores/productores y comunidad de interpretes. La sociología visual que practicamos busca también los dispositivos para observar, investigar y tomar en cuenta el campo de las luchas simbólicas – protagonizadas por los públicos y comunidades de intérpretes – alrededor de los objetos culturales producidos por nosotros. De esa manera intentamos aplicar a nuestras practicas la que Pierre Bourdieu llama sociología de la sociología. 

4. Construir la investigación, acción y relación en el campo a través de la sociología visual
Las técnicas, las herramientas, los lenguajes de la imagen son también técnicas, herramientas y lenguajes del imaginario. Por esa razón pueden construir puentes y puntos comunes junto a los sujetos que estructuran y habitan un determinado campo social. La investigación a través  de una cámara de video (en lugar del simple registro sonoro o de la observación natural) agrega a la relación un conjunto de ingredientes técnicos y  simbólicos que producen consecuencias relevantes. En primer lugar negociamos  con el sujeto la necesidad de su representación: se construye un  hacer que junta investigadores y sujetos en el campo, elimina la dimensión anónima típica de la investigación cualitativa tradicional, proyecta los resultados de esa relación hacia la esfera pública: los sujetos son concientes y cómplices del hecho que su cuerpo está representado, se transforma en imagen y como imagen circula, mas allá de la palabra o del texto escrito. Construir y negociar el espacio de esta puesta en escena, responder a las exigencias técnicas requeridas (audio, luces, encuadres, locaciones, etc.) genera una burbuja espacio temporal, dentro de la cual se construye la relación entre los autores/investigadores y los sujetos. Esta burbuja permite compartir con los sujetos experiencias comunes y espacios de la vida cotidiana, representa un alo virtuoso para la investigación, a partir de las dinámicas productivas del documental. La construcción del producto final estará marcada por las huellas de esa relación participada y negociada:  surge una ulterior dimensión de la investigación, en favor de una comprensión y observación mas intima de las dimensiones que estructuran un contexto, un mundo, una biografía. Al mismo tiempo la sociología visual es un proceso de investigación porque genera relación y coloca el autor/investigador en una posición ventajosa para la exploración de ciertos mundos sociales y las relativas conexiones. Ser chasqui de imágenes y palabras, carteros como los antiguos corresponsales del Imperio Inca, es una de las posiciones en que la sociología visual puede ir mas allá del relato  ex post, y hacerse investigación en el campo, posibilidad de ampliación del acceso, de la confianza, del reconocimiento del papel del etnógrafo y del conocimiento científico que somos capaces de producir. 

5. Construir un enfoque transdisciplinario a través de grupos de trabajo híbridos y mestizos. 
Los caminos que practicamos necesitan de saberes, habilidades, contribuciones diferentes desde la sociología. Necesitan contaminarse con el cine, la video-arte, la antropología, la fotografía, etc. Nuestra acción busca transformar la división de roles y la organización jerárquica de la producción y de los saberes producidos, para experimentar la formación de colectivos de investigación-acción-narración visual. Creemos que la fuerza de una sociología visual transgresora radique en la posibilidad de contaminar saberes y biografías profesionales, rompiendo las divisiones de roles en las prácticas de investigación (el entrevistador, el analista, el asistente, el teórico, etc.), así como en las prácticas del documental (el director, el editor, el productor, etc.). Estamos buscando un perfil de investigador/creador audiovisual que maneje las herramientas teóricas y las metodologías para la investigación social, y al mismo tiempo sea conciente de todas las etapas para la construcción de un texto fílmico, en términos de enfoque y restitución. Este proceso de hibridación entre saberes diferentes modifica las relaciones productivas a dentro de los grupos de trabajo y enriquece la práctica de la investigación, respeto a una segmentación de roles y a la suma de competencias profesionales  distintas, propias  de la producción industrial. Contaminar y construir unidades de investigación/acción/narración implica necesariamente experimentar nuevas prácticas de trabajo, de formación, de reflexividad, para convertir a todos los actores involucrados en autores colectivos. En el fondo estamos afirmando que el medio es el mensaje, y que las modalidades organizativas de la sociología visual, de cualquier acción científica en general, determinan la forma y la calidad de los saberes producidos y puestos en circulación.

6. Garantizar el protagonismo de los actores sociales sujetos de la investigación. 
Consideramos fundamental salir definitivamente del asunto positivista según el cual se construye normalmente a la imagen y a la práctica del pensamiento científico: la distancia entre observador y observado y la neutralidad del observador. Teorizamos en cambio un autor que no sea neutral ni distante, que haga visibles las condiciones – sociales, políticas, simbólicas, biográficas – examinando a si mismo a través de la reflexividad sociológica. En esa perspectiva, invitamos a sostener el protagonismo de todos los sujetos que se mueven en un campo social, incluyendo a los investigadores que lo exploran; de esa manera queremos involucrar directamente a los sujetos de la investigación en la producción de conocimiento y en la representación pública del campo, a través de la restitución, de las discusiones internas al colectivo autor, en el acceso a la formación, en el desarrollo de la auto-narración. Concebimos a los sujetos de la investigación, cuales que sean su estatus social y cultural, como portadores de conocimiento, de competencias y herramientas para moverse en su universo. Tomar en cuenta esos saberes y legitimarlos a través del relato permite la construcción de un dialogo constante con los sujetos de la investigación y permite que su punto de vista entre a formar parte de la elaboración final. 

7. Trasformar las relaciones de poder a  través de una sociología pública y partesana. 
La sociología pública, según Burawoy, es en primer lugar “una traducción de retorno, para hacer llegar de vuelta los saberes a los mismos sujetos de los cuales provienen, transformando problemas privados en cuestiones públicas”. La propuesta de la sociología pública es por eso partesana, afirmando la idea que “la sociología no puede ser ciencia neutral, (…) sino que  se trata de una herramienta que puede ser utilizada no solo por puro conocimiento sino también para reforzar una autonomía de lo social respeto a lo político y a lo económico.
Abrirse a la sociedad civil significa para la sociología encargarse de todos esos 5públicos (pobres, criminales, enfermos, mujeres solas, minorías étnicas) víctimas del neo-liberalismo, no para controlarlos sino para aumentar su poder de autodeterminación)”. En esta perspectiva  la sociología visual que practicamos expresa un punto de vista radicado en las  prácticas de investigación y en los horizontes de sentido de los autores y, retomando la lección de Gramsci sobre la hegemonía cultural, quiere intervenir en la transformación de las relaciones simbólicas, es decir en las relaciones de poder, hoy dominantes. 

8. Actuar sobre las condiciones y las formas de la distribución, afirmando el carácter público de los saberes y de las imágenes producidas. 
Los objetos culturales – películas, literatura, música – circulan bajo el signo y el poder de grandes industrias globales que organizan y desarrollan los imaginarios de las culturas populares y subalternas. Al mismo tiempo se multiplican las formas de recepción e interpretación  de signos, así como las capacidades de construir flujos independientes de imaginarios a través de las nuevas tecnologías y los circuitos alternativos, dentro de los cuales se organizan las comunidades de productores e interpretes. La sociología visual quiere producir objetos culturales resistentes, que lleven un saber autónomo sobre temas y sujetos invisibles, garantizando la máxima circulación a  través de cualquier medio: de las televisoras comerciales a youtube, desde las redes sociales a las comunidades de piratas electrónicos. 

9. Buscar una narración poética y experimental en el relato audiovisual.
No es suficiente poner en fila pedazos de historias para confirmar teorías sobre los comportamientos sociales de los seres humanos. Es necesaria una poética que suporte a la narración, la trascienda en algunos casos, y en otros haga reflexionar sobre detalles y particulares aparentemente irrelevantes. Todo eso utilizando las muchas posibilidades del lenguaje digital y  de los materiales producidos sobre otros soportes (papel,  pintura, grabaciones audio y video, digital o analógico, fotografías, película super 8). 
Es a través de una experimentación constante de las formas, en la ilusión de una inalcanzable superación del medio que podemos sugerir, estimular o evocar - a través de la dimensión poética de un  relato – las reflexiones o emociones combinadas en un discurso. Esto no significa enseñar, producir cultura o información, sino vivir una experiencia que puede ser estética, intelectual, ilusoria, política, social, intima, etc. tanto para los autores como para los sujetos de la investigación, hasta para el público en cuanto destinatario final. 
La sociología visual puede encargarse de leer el mundo a través de sus imágenes, puede utilizar las foto-estímulos, puede realizar video documentales, video-cartas, producir documentales didácticos o creativos, así como películas para el cine. Para eso necesitamos a los autores, directores, cineastas, directores de fotografía, montadores, músicos, así como filósofos, sicólogos, antropólogos, abogados, economista e historiadores… pero sobre todo a los actores sociales y a ese público huérfano de visiones, en el panorama de la videocrácia imperante, por lo menos en Italia. El cine es una máquina compleja que necesita un trabajo en red entre muchos saberes. Todos somos responsables de la desaparición de una evanescencia subversiva y radical,  capaz de escapar a la homologación al imaginario dominante o servil que nos modela.


SOBRE EL USO DE LA IMAGEN EN LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA. EL MÉTODO DE LA INTERPRETACIÓN DOCUMENTAL DEL SOCIÓLOGO KARL MANNHEIM


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Dentro del marco de la sociología son escasos los trabajos en los que se haya hecho uso de la  imagen visual. Esto se debe a que la sociología tuvo que atenerse a la especialización científica y consecuentemente a la delimitación de sus contornos, apartando todo aquello que no hiciese de la sociología una ciencia exacta. Tanto la utilización de imágenes como también el uso de aspectos literarios hacían de la sociología una disciplina que difícilmente podía elevarse a aquello que se definió como "ciencia". Estos elementos visuales y literarios ligan a la sociología al género periodístico, al campo artístico o a la literatura. Para poder establecerse como "ciencia" se vieron los sociólogos ante la situación de tener que librarse de estos aspectos y elaborar métodos que estuviesen más ligados al conocimiento de las ciencias exactas. Los métodos cuantitativos, las estadísticas y encuestas, ofrecían la posibilidad de exponer datos cuantificables de la sociedad. De esta forma se fueron dejando de lado todo aquel material, documento y método que no aportase un conocimiento cuantificable.

«Mirar al otro»: La imagen fotográfica para la convivencia ciudadana1




MORELLA DEL CARMEN ALVARADO MIQUILENA
RICHARD ALVARADO



1 Artículo basado en el trabajo de grado presentado por Richard Alvarado para obtener el título de sociólogo en la Universidad Central de Venezuela(abril, 2008) y en la ponencia «Mirar al Otro: Alfabetización Visual como herramienta socializadora», presentada por Richard Alvarado y Morella Alvarado en la 26th Scientific Conference on the International Association for Media and Communication Researh IAMCR - Word Congress on Media and Global Divides, Sección «Media Education Research», celebrado en la Universidad de Estocolmo, Suecia, entre el 20 y el 26 de julio del 2008.

RESUMEN
Se expone el desarrollo de la experiencia “Mirar al Otro”, la cual fue implementada enb la comunidad caraqueña de El Guarataro y que tuvo como objetivo, adquirir competencias para el desarrollo de hábitos de convivencia social basada en valores como la tolerancia, el respeto, el reconocimiento del otro, la no agresión, el respeto a la vida, el diálogo, la participación, la revalorización de los espacios comunitarios y la solidaridad como componentes fundamentales de la ciudadanía, a partir del uso de la fotografía. “Mirar al otro” es además la forma en la que se materializan las propuestas de la Sociología Visual y de la Educomunicación, las que han servido de sustento teórico-metodológico.
Descriptores: Educomunicación / Fotografía / Sociología Visual / Valores Ciudadanos / Caracas / Venezuela.

El ojo no se hastía de mirar
COMENIUS

La idea fundamental es que la fotografía es una estrategia
para el conocimiento de la realidad social. Es una ciencia blanda,
artística, lábil, pero con un soporte nítido, duro,
electrónico y químico. Ser un buen fotógrafo no es fácil;
«leer» fotos tampoco lo es. No es problema de tener una buena cámara,
sino un buen ojo y un mejor cerebro.
M. DEMIGUEL

La permanencia de la imagen resulta tan evidente que con muchísima frecuencia ignoramos su peso y sustancialidad. Tanto el siglo XX como este que transcurre están signados por la indubitable presencia de las imágenes y, sin embargo, falta mucho por descifrar, porque al parecer sólo con abrir los ojos vemos. Formando parte indisoluble de nuestros ritos sociales, con 168 años de convivencia, impregnando cada acto de la cotidianidad, la fotografía tiene amplísima presencia. «Tan incorporada está a la vida social que, a fuerza de verla, nadie lo advierte» (Freund, 1993:8).

Como punto de partida para el cine, con un uso inestimable tanto para la publicidad como para la prensa y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, hoy luce como un hecho habitual que encontramos en casi toda actividad humana. Sin embargo, muchas veces es necesaria una doble mirada para decodificar lo que la fotografía arroja. La sociología visual puede y ha dado herramientas para reelaborar discursos que puedan aprehender nuevas nociones de cómo mirar.

La interpretación de la realidad social se ve mediatizada por dos procesos: el de ver y el de interpretar lo visto. La cultura visual predominante en la actualidad requiere de una reconstrucción activa de sus significados y consecuencias sociales (M. de Miguel y Pinto, 2002:1).

De allí que la sociología visual como interdisciplina, nos permita acercarnos a la cultura de la imagen desde espacios no frecuentes. La práctica sociológica está indisolublemente enlazada con los clásicos ejemplos de mirar e interpretar la realidad, luce impostergable, y podría decirse que es por ello que los nuevos estudiosos de la Sociología tienen nuevos instrumentos para su abordaje.

La realidad social entra por los ojos. El siglo XXI es el de la imagen. La Sociología se dedica cada vez más a lo visual. Los padres de la Sociología confiaron plenamente en la palabra escrita. Pero actualmente, para conocer la realidad social hay que utilizar fotografía, imagen virtual, video, cine documental y no-documental (Ibíd).

Así, saber mirar, saber ver, corresponde tanto a una alfabetización como a una reeducación visual que conduzca a la posibilidad de analizar y reinterpretar la realidad social desde la perspectiva cualitativa. Este trabajo describe los resultados obtenidos a partir de nuestra intervención como instructores en el proyecto «Mirar al Otro», el cual fue estructurado y elaborado a solicitud de un grupo de jóvenes organizados pertenecientes a la comunidad de El Guarataro, sector La Florida, parroquia San Juan, en Caracas y que se basó tanto en los presupuestos de la sociología visual y de la educomunicación, así como en prácticas similares que han sido desarrolladas en otros contextos.

Estos jóvenes manifestaron su interés por ofrecer tanto a niños como a adolescentes, diversas opciones para la utilización del tiempo libre, ya que a falta de lugares y actividades concretas de esparcimiento y recreación, advirtieron un incremento gradual y sostenido de acciones violentas, tanto al interior de las familias como en la escuela, lo que se traducía en agresiones al espacio físico escolar, así como el maltrato y menosprecio por el otro, procediendo consecuencialmente en prácticas de irrespeto a la vida, lo cual tenía inevitables impactos en el espacio público comunitario.


LA CULTURA DE LA IMAGEN

Con precisa rigurosidad, nuestros días transcurren en una vorágine in terminable e invalorable de imágenes. Cada día vivido transforma a nuestros ojos en selectores precisos de lo que queremos ver, de lo que podemos descifrar, de lo que queremos almacenar. No todo aquello que pasa ante nuestros ojos es para ser guardado; de allí que, en función de nuestros propios intereses (reeducados o no), seamos capaces de discernir lo que escogeremos para ser mirado.

Pero no sólo vemos y seleccionamos imágenes, también las reproducimos, las hacemos. En nuestra búsqueda por expresar lo que deseamos, nos hemos convertido en hacedores de imágenes. Nuestros ojos concurren a la vida con una selectividad precisa: vemos de pasada aquello que poco interesa, pero miramos con profundidad y detenimiento cuando estamos dispuestos a obtener conocimiento. De allí que: Sería legítimo plantearse la cuestión de la densidad de las imágenes por metro cuadrado, o por metro cúbico, tanto en el espacio global de la ciudad como en el espacio pensado y centrípeto de la organización del mundo que nos rodea (Moles, 1975:65 en Renobell, 1999:2).

Basta mirar tan sólo un momento, detenerse a ver nuestro entorno, para corroborar al aparataje tecnovisual; hemos devenido en sujetos de y por la imagen. En el marco de nuestra condición de individuos adscritos a la cultura digital, solemos ver y mirar en una inestimable cantidad de posibilidades, acercándonos a eso a lo que María Jesús Buxó ha definido como hipervisualidad: El mundo social ha entrado en una hipervisualidad que repercute en un uso óptico visual masivo de medios audiovisuales «con el fin de explorar, describir y analizar formas diferentes de construir visualmente categorías, expresiones y nuevas formas de transmisión de conocimiento e información socioculturales (Buxó en Renovel, 1999:2).

Tal vez el mayor de los paroxismos visuales de los últimos tiempos, el que ha acaparado la atención de todos los ojos de los seres del mundo, lo constituya el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. Esa mañana de septiembre de 2001 el planeta entero viró su mirada hacia una ciudad que era víctima de un ataque terrorista. En ese instante, ese suceso acaparó la totalidad de la atención de todos los medios de comunicación y por supuesto, de todas las teleaudiencias; fue en ese momento, cuando la mayor cantidad de imágenes de un acontecimiento fueron captadas y difundidas en todo el globo terráqueo.

Ese hecho resume a la hipervisualidad, es decir, «Cuando una imagen es reproducida en millones de espacios diferentes a la vez y donde un fenómeno social es representado de múltiples formas, a través de múltiples ojos sociales esculturizados cada uno de manera diferente» (Buxó en Renobell, 1999:2). Este proceso es posible sólo gracias a la intervención de la tecnología que permite la hiperreproductibilidad y el acceso masivo.

Pero cabe preguntarse: ¿qué es lo que nos impulsa a ver? ¿Cómo sucede el proceso de ver? ¿Por qué discriminamos unas imágenes sobre otras? ¿Por qué nos resulta tan atractiva la realidad plasmada en imágenes fotográficas? ¿Qué emociones nos mueve una imagen determinada? ¿Por qué tantas emociones distintas a partir de una imagen?; y sobre todo, una de las preguntas más importantes: ¿De qué manera podemos utilizar el potencial de las imágenes en el ámbito educativo? Las fotos jamás dejarán de llamar nuestra atención, de allí que en cine, televisión, en la web, el hecho de ver para recordar o evocar nos dé placer y satisfacción, así se haga referencia a acontecimientos tristes. Nada es más atractivo que un álbum que se abre y permite adentrarnos en la vida de los otros, que a su vez, es también la nuestra.

Consideramos que cada vez más es preciso pensar a la imagen desde una perspectiva discursiva, que ella hable sin que esto implique un desplazamiento o eliminación de la palabra. Pensar desde la imagen en tiempos de intermediación, de reinterpretación colectiva digital, es dotar de fuerza a las posibilidades explicativas que abren nuevos resquicios comunicativos en el ámbito de las Ciencia Sociales y que la educación no debe obviar. Es propicio que demos continuidad a las propuestas de Jan Amós Komensky (Comenius), a través de su obra Orbis Sensualium Pictus (1659), en la que propone la enseñanza sobre el mundo a partir de las imágenes.

El Orbis Sensualium Pictus marca los inicios de una cultura de la imagen en el ámbito de la pedagogía. En lo que se refiere a la mirada pedagógica como actitud fundamental del pedagogo frente al mundo, Comenio fue uno de los primeros en observar el mundo con una intencionalidad pedagógica y con una intención formativa. Para los propósitos de un trabajo con base en las imágenes, el Orbis Sensualium Pictus se presenta, además, como un registro pictórico ejemplar susceptible de ser tematizado pedagógicamente. Comenio representa, entonces, un caso singular y ejemplar dentro de la historia de la pedagogía, pues a partir de él se puede ver con claridad la estrecha relación que se establece entre imagen, imaginación y formación como asuntos pedagógicos (Run ge, 2006:III).

Mirar es casi una gratuidad inherente a la especie, el costo que pagamos viene reflejado en las futuras facturas que el inconsciente nos pasará, pero, ¿por qué si es tan económico tenemos que reeducarnos para saber ver? ¿Por qué, si la historia de la cultura de la imagen en el mundo occidental es tan antigua, la escuela aún le da la espalda y la condena a ser sólo una acompañante? ¿Por qué, si la imagen impregna nuestras vidas, aún no es - tamos preparados para verla?


LA IMAGEN COMO PRETEXTO: LA SOCIOLOGÍA VISUAL

La sociología cada vez más busca adentrarse en nuevos caminos y prácticas, y en ese transitar las imágenes no han quedado fuera. De allí que surja la sociología visual como interdisciplina y veamos cómo la imagen fotográfica comienza a atravesar muchas prácticas, experiencias y disciplinas, para transformarse hoy en día en la protagonista de muchas acciones de investigación.

La formación de lo que hoy se llama Antropología Visual y Sociología Visual, se dio cuando ese reconocimiento del potencial informativo de las fuentes visuales fue capaz de tomar conciencia de su naturaleza discursiva. De este modo, los objetivos de este nuevo campo disciplinar incluirán la producción, circulación y consumo de las imágenes de interacción entre el observador y lo observado. Así, los estudios de manifestaciones imagéticas de la cultura hicieron aflorar la necesidad de comprender los diversos mecanismos de producción de sentido –sentido dialógico, por tanto socialmente construido y cambiante y no predeterminado o inmanente a la fuente visual (Aguilar, 2006:6).

El amplio campo de trabajo de la sociología visual ha sido reseñado en innumerable cantidad de publicaciones, muchas de las cuales han sido generadas desde «The International Visual Sociology Association (IVSA)» en el Reino Unido. Entre los propósitos de esta asociación vemos la promoción de estudios, producción y uso de las imágenes visuales, entre las que se encuentran la fotografía, el cine, video y las imágenes transmitidas o generadas por medios electrónicos.

Una primera tarea de la Sociología Visual es enseñar a ver, y a analizar la mirada.

El objetivo final es colaborar en la construcción de la realidad social y en el cambio de los procesos de desigualdad social en un mundo globalizado. Para establecer los cimientos de ese edificio …[se] analiza el proceso de ver y las formas sociales de mirar. Se presentan algunas ideas sobre la interpretación visual de la sociedad… La interpretación de la realidad social se ve mediatizada por dos procesos: el de ver y el de interpretar lo visto. La cultura visual predominante en la actualidad requiere de una deconstrucción activa de sus significados y consecuencias sociales. Los/as estudiosos de la Sociología deben aprender a mirar si quieren convertirse en buenos profesionales (M. de Miguel, 2003ª: 49).

De allí que esta nueva perspectiva implique necesariamente el educar la mirada. Así, el afinar la percepción es una de las competencias necesarias para el sociólogo y la socióloga que desee incursionar en este campo, lo cual no deja de lado a quienes se acercan desde otros ámbitos. Jesús Manuel de Miguel expone las áreas temáticas desde las que puede iniciarse los abordajes de esta interdisciplina que cada vez más, puede considerarse como transdisciplina: Se trata de investigar la utilización de la fotografía en las ciencias sociales, con temas sobre su uso en antropología, sociología e historia. Luego se puede discutir la creación de fotos populares y la importancia de la fotografía en la vida familiar y doméstica de las últimas décadas.

Se suele dar importancia al estudio fotográfico de comunidades. Otro aspecto central es la utilización de la fotografía para el análisis de las desigualdades sociales. Conviene conocer algunos estudios fotográficos novedosos de la realidad social, y especialmente los nuevos proyectos que combinan texto escrito con fotografía. De ahí se pasa lógicamente a los proyectos de cambio social y político en que se utilizan fotografías. La foto es también noticia e información, por lo que es importante estudiar la tradición del fotoperiodismo. Otro tema importante es la fotografía como institución social y como mercado organizado (Ibid).

Si bien la sociología visual impregnó la experiencia de «Mirar al Otro», también la educomunicación como perspectiva teórico-metodológica. Esta interdisciplina trata de unir las perspectivas que involucran a la educación y la comunicación, principalmente en el espacio educativo, sea éste de carácter formal, no formal o informal. La educomunicación (también denominada Educación para los Medios –EPM) es definida por Gustavo Hernández Díaz (2003) como:
Una línea de investigación interdisciplinaria en donde se plantean zonas de encuentro entre la disciplina educativa y la comunicacional. Ambas disciplinas deben dialogar en forma permanente para que la EPM se enriquezca desde el punto de vista teórico, metodológico y epistemológico. Sin ese diálogo es imposible que la EPM pueda erigirse como una propuesta pedagógica sólida, ya que propone entre otros aspectos un paradigma educomunicacional alternativo que, como ya hemos señalado, se opone a las directrices de la educación bancaria tradicional (p. 34).

Ambas perspectivas brindaron un sólido soporte para emprender un trabajo que si bien buscaba promover la expresión creativa, también se propuso indagar en formas de relación distintas a las que obliga la violencia de nuestras ciudades.


LOS NIÑOS Y LA CULTURA DE LA IMAGEN

Las nuevas generaciones poseen una excelsa habilidad para decodificar, reescribir y reelaborar el mundo de imágenes que les rodea, basados en una interacción propiciada por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación que potencian a un usuario multivisor, ése que puede navegar por Internet, hacer zapping en la tele, comunicarse con otros usuarios en la web y enviar mensajes de textos por el celular, para construir discursos paralelos y polisémicos.

A pesar del innegable y sustancial peso de la imagen, la escuela, sobre la que descansa todo el peso societal para la reproducción de la cultura, sigue una directriz basada en la enseñanza verbal y lo escrito; enseñar a escribir, leer, efectuar cálculos y expresarse oralmente, son todavía una práctica cotidiana basada en el lenguaje verbal y escrito, que hace a un lado las posibilidades que brinda el lenguaje audiovisual y, más aún, impide la construcción de un lenguaje basado en ambos, ya que resultan ser irreprochablemente concurrentes. Debe entonces, a nuestro entender, ampliarse el horizonte educativo permitiendo, por un lado, la formación del cuerpo docente en el manejo de nuevas tecnologías de la comunicación y formas de expresión, para que en el proceso de enseñanza éstos puedan usar lenguajes no verbales (junto, por supuesto, al lenguaje verbal y escrito), a fin de permitir la construcción de nuevas formas que impacten, tanto en la comprensión como en la enseñanza múltilenguaje y multimedia, que no obvie los procesos de comunicación y así, lograr salvar los obstáculos que una enseñanza monolenguaje imposibilita: redimensionar la construcción de conceptos, de pensamientos abstractos, la generación y construcción de conocimiento en una era de profundos cambios en la manera de aprender, organizar, leer y escribir.
De allí que consideremos que: La escuela pudiera recurrir al uso de la imagen fotográfica de manera que permita a los niños y las niñas el desarrollo de habilidades tales como: la creatividad, criticidad, el pensamiento, la motivación, la atención, el descubrimiento, la asociación, la expresión, las nociones espaciales, la comprensión y la alfabetización visual, entre otras, lo que llevará a enriquecer el aprendizaje holista del alumnado, que parte del complemento entre los lenguajes verbal y no verbal (Allen y Rojas, 2005: 25).

Las nuevas generaciones, como sujetos-usuarios directos de los novísimos cambios que las ciencias han propulsado en las Tecnologías de la Información y la Comunicación, suelen dinamizar y socializar sus experiencias cotidianas a través del uso de los múltiples artefactos que la tecnología brinda, a saber, teléfonos celulares, cámaras digitales, juegos de video de altísima resolución gráfica y de compleja construcción psicoespacial, la Internet, los reproductores musicales con touch screen y muchos otros. Entonces, si esto sucede cotidiana y ordinariamente en la mayoría de los hogares de los escolares y adolescentes de estos tiempos (con el profundo impacto de desplazar a la interacción familiar y al empobrecimiento del lenguaje escrito y hablado y consecuencialmente del individuo), ¿por qué no captar la atención de usuarios sagaces mediante el uso de este tipo de tecnología en las aulas de clases? ¿Por qué no valerse de la tecnología para revertir los impactos negativos y replantear un mejor uso de los mismos a favor del lenguaje y, en consecuencia, de la actividad lúdico-simbólica, así como la socialización de ese individuo? ¿Por qué, incluso si se trata de comunidades deprimidas, no generamos vías para acortar la Digital Gap, a partir del trabajo con tecnología sencilla y de bajo costo?

La «apropiación» de estos instrumentos y su transformación en herramientas educativas nos mueve a concientizar el altísimo compromiso que en la educación se debe tener, para inmiscuirnos tanto en el lenguaje y códigos así como en el manejo de estas tecnologías, lo que exige igualmente una alfabetización visual que permita apalancar, descifrar y elaborar nuevas formas de socialización. Y es aquí donde los aportes tanto de la sociología visual como los de la educomunicación, son propicios.


EL CONTEXTO: CARACAS CIUDAD/CARACAS VIOLENTA

Las ciudades, las grandes ciudades, las megalópolis, tienden a reestructurarnos la vida, y Caracas ha hecho lo finamente labrado en cada uno de nosotros. Para bien o para mal, es la ciudad que habitamos, la que hemos visto crecer, transformarse y mutarse en este gigantesco monstruo incontrolable.

Transcurren nuestros días entre el infernal e incontrolable enjambre de carros, entre las zigzagueantes motos que le han devuelto a muchos la transitabilidad por calles y autopistas, entre piruetas y maromas, montados en sus artefactos chinos. Pasan nuestras horas entre cuentos de otros, aquellos semejantes que dan testimonio de su parte de guerra: mataron a un vecino; a los abuelos de alguien; secuestraron a mi sobrina; me robaron el carro; le clonaron la tarjeta; la amenazaron de muerte; le dieron plazo de unas horas para conseguir el dinero; la violaron en aquel sitio; lo despojaron de su moto; lo acribillaron por venganza; lo acorralaron en la esquina; lo alcanzó una bala perdida. Nuestra ciudadanía se ha degradado, se ha extraviado.

No puede ocultarse el carácter violento de la ciudad que habitamos. No puede negarse la asimilación de códigos sombríos y macabros con los que hemos aprendido a «convivir». No puede omitirse cuán fracturados estamos en nuestra malograda condición de caraqueños. Rascacielos con helipuertos, autopistas colmadas de autos del año, centros comerciales de diseño futurista, edificios de apartamentos que se cotizan en dólares, marcan el signo de una ciudad que transcurre paralela a esa otra Caracas donde se convive entre balas, entre cúmulos de basura, entre ríos de aguas cloacales, con casas de techo de láminas de zinc, con familias viviendo bajo los puentes, con paredes de madera, que ostentan los estandartes de la deseada modernidad: potentes equipos de sonido, televisores con pantalla plana, teléfonos celulares de última generación y antenas que posibilitan la conexión con una realidad que no puede tenerse.


EL GUARATARO

Incrustado en el centro-oeste de la ciudad de Caracas, «El Guarataro» es un barrio que muestra las incongruencias de un país que encabeza las listas de los importantes países exportadores de petróleo. A pocos metros de su entrada principal está ubicada la estación de Metro Capuchinos, dando señales de una ciudad que comienza a extinguirse en apenas cincuenta metros. A partir de allí todo comienza a traspasar los límites: adictos que piden para comprar droga; vendedores de crack y marihuana que te ven a los ojos para darte lo que demandas; recogelatas que hurgan entre la basura; señoras y señores, mucha gente de bien que van o vienen a su sitio de trabajo; abuelas y abuelos que van de compra a la farmacia, al abasto; niños y jóvenes que van al colegio; aguas negras que hay que esquivar; policías que chantajean a los distribuidores de drogas; vendedores de chatarras, zapatos y ropa usada; alcohólicos que gritan incoherencias; salsa y reaggeton sonando de casa en casa; motorizados que zigzaguean entre los caminantes, y todo, todo esto sucede en una calle de apenas seis metros de ancho.

El Guarataro está conformado por familias asentadas allí desde hace muchos años, hay quienes le atribuyen a este barrio una data de 378 años. Es uno de esos barrios caraqueños que tuvo su mayor explosión demográfica a partir del boom petrolero, con familias venidas desde el interior del país en busca de mejores oportunidades económicas. Es un sitio donde hasta hace unos veinte años todos se conocían y la convivencia era basada en el respeto y la tolerancia. Aquí llegamos por instancia de nuestro amigo David Ladera, incansable trabajador social empeñado en las reivindicaciones y mejoras para su comunidad, quien nos propuso aplicar nuestros oficios en función de lograr capturar la atención de los muchísimos jóvenes estudiantes del barrio, quienes junto a sus respectivas familias hacen un incansable esfuerzo por superarse, para situarse en una mejor perspectiva de vida, alejados de la dura violencia que día a día, hora a hora, les bifurca los caminos.


¿CÓMO LO HICIMOS?

El equipo conformado para la implementación del proyecto «Mirar al Otro» estuvo integrado por especialistas en Trabajo Cultural, Educomunicación, Educación Especial, Sociología, Teatro y Fotografía. La sede escogida para la aplicación del proyecto fue la Escuela Básica Distrital Ángel Ribas Baldwin, con los alumnos de la Segunda Etapa de Educación Básica: cuarto, quinto y sexto grado.
El objetivo principal de «Mirar al Otro» fue pensado desde los participantes, a saber: adquirir competencias para el desarrollo de hábitos de convivencia social basada en valores como la tolerancia, el respeto, el reconocimiento del otro, la no agresión, el respeto a la vida, el diálogo, la participación, la revalorización de los espacios comunitarios y la solidaridad como componentes fundamentales de la ciudadanía, a partir del uso de la fotografía. Las actividades se estructuraron a partir de las secuencias de aprendizaje, diseñadas y creadas para la experiencia educativa «Aula Virtual Aprender a ver TV» (Especialización en Educación para el uso creativo de la Televisión), desde la línea de investigación «Educación, Comunicación y Medios» del ININCO-UCV. Estas secuencias de aprendizaje hacen el siguiente recorrido:
I. Exploración/Descubrimiento
II. Comprensión/Conceptualización
II. Problematización/Discusión
IV. Creación/Producción
V. Confrontación/Evaluación
VI. Expresión/Comunicación.

Dos fueron los principales lineamientos sobre los que se propuso la estructuración de las actividades, a saber: 1) Integrar actividades relacionadas con tres entornos: familiar, escolar y comunitario; 2) colocar claves que permitan identificar cambios antes y después de la actividad. Los objetivos específicos: 1. adquirir herramientas que favorezcan las formas de expresión visual; 2. revalorizar a la imagen fotográfica como elemento comunicador generador de discursos; 3. acercarse a la comprensión del entorno desde la imagen fotográfica; 4. ejercer prácticas comunicativas visuales basadas en hábitos de convivencia social.


LOS RESULTADOS

Se tuvo especial énfasis en no orientar ni predisponer a los alumnos en relación a lo que debían o no fotografiar. Se hizo hincapié en el hecho de que ellos eran los fotógrafos y debían aplicar los conceptos vinculados a los valores ciudadanos trabajados en todos los talleres, al momento de tomar las fotos y de construir su registro fotográfico.

La ansiedad fue generalizada en todo el grupo, cada uno expresaba la larga lista de las futuras fotos que harían. Al momento de hacerles entrega de las cámaras, la felicidad se tradujo en abrir rápidamente las cajas, ver los artefactos, verificar que eran todas exactamente igual y luego todos se dedicaron a explotar las bombas de aire del material protector de las mismas. Preparadas las cámaras, cargadas con la película, los alumnos contaban con el fin de semana para hacer sus respectivos trabajos.

Culminado el primer fin de semana, nos encontramos con algunas caras largas: ¡eran los alumnos que no habían resistido la tentación de abrir la cámara y ver cómo se veían las fotos por dentro! Para una contingencia como ésa, el taller tenía película para reponer, por suerte sólo fueron unos pocos alumnos los que abrieron sus artefactos. Algunas de las fotos veladas se recuperaron y formaron parte de la exposición. Pasado el segundo fin de semana los alumnos trajeron las cámaras y junto al instructor aprendieron a rebobinar la película, extraer la misma sin causar ningún accidente que dañara las fotos tomadas.

Fieles a lo aprendido en las sesiones de trabajo, todos los alumnos devolvieron en perfecto estado cada una de las cámaras que les fueron asignadas; ello nos confirmó el aprendizaje de valores como el respeto, solidaridad y convivencia. Enviamos a revelar los rollos, a hacer hojas de contactos y cuando éstas estaban listas, analizamos las fotos con los alumnos y ellos hicieron la escogencia de las fotos que finalmente irían a la exposición.

Parte de la estructura del taller de fotografía contemplaba el énfasis en uso de la tecnología digital, para ello contábamos con un scanner de negativos que posibilitaría la intervención digital de las fotos y su posterior modificación, para lograr otras vías de expresión de los alumnos, además de los equipos de la sala de informática del centro educativo.

Finalmente, el día viernes 16 de julio del año 2004 se realizó la exposición de los veintinueve portafolios creativos de todos los alumnos participantes del taller, en la biblioteca escolar, ubicada en la planta alta de la escuela, en los mismos salones que habían sido el escenario para la discusión de los talleres. Y sobre todo, escenario que el día anterior, los niños y niñas participantes del proyecto se habían encargado de limpiar y lavar con agua y jabón, para que sus compañeros, maestros, padres, madres y vecinos sintieran la misma emoción que ellos habían vivido.

Para este acto se contó con la presencia de todos los alumnos participantes, así como de sus familiares más cercanos. La alegría era total: madres, padres, hermanos, abuelos, amigos y vecinos sonreían constantemente al reconocer sus rostros, sus callejones, sus casas, sus vidas en aquellas fotografías. También vinieron la TV (Vive TV) y el periódico Últimas Noticias, a registrar aquello. La transmisión de Vive TV y la Exposición servirían para que después niños y niñas, vecinos y vecinas, se sintieran «vistos por otros».

Allí nos encontramos con las fotos de la familia, las mascotas, los amigos, los equipos de sonido, los televisores, los implementos personales (ropa, zapatos, juguetes, afiches), las expresiones afectivas, el interior de la casa, las fiestas, como valores positivos en contraposición a las peleas, la basura, los indigentes, como valores expresamente negativos.

Para nosotros resultó gratificante percibir cómo lo enseñado tuvo sus hermosos resultados.

Cada uno de los niños participantes mostró un altísimo nivel creativo así como una gran disposición a trabajar en grupo, lo que ratifica el hecho de resaltar el uso de la fotografía como un canal expresivo que posibilita la recuperación de la autoestima en niños que viven en situaciones de riesgo.

Por otro lado, es absolutamente gratificante corroborar que mediante la enseñanza de este oficio, pueden establecerse conexiones con grupos y comunidades del resto del mundo que marchan en la misma dirección, en la búsqueda de un camino expresivo y/o en la enseñanza de un arte que permite reeducarse para ver y mirar a un mundo, desde una perspectiva más creativa.


Referencias Bibliográficas

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